(Proporcionado por Salvador Flores LLamas)
Granados Chapa: hacer el bien desde la izquierda
Por José Antonio Aspiros Villagómez
Para Tere Gurza Orvañanos en su aniversario natal, y porque en 2013 se tituló como licenciada en periodismo y ganó el Premio México de la Fapermex
Un año antes de que falleciera el conocido periodista mexicano Miguel Ángel Granados Chapa (2011), fueron publicados dos libros acerca de él: Granados Chapa. Un periodista en contexto (Planeta), de Humberto Musacchio, y Por la izquierda (Khálida Editores), de Silvia Cherem; ambos autores, colegas del personaje.
Del primero de estos trabajos nos ocupamos ya en otra reseña el mismo año de su publicación, mientras que el segundo, pese a su data antigua nos sorprendió hace unas semanas en la mesa de novedades de una librería.
En esta obra, Silvia Cherem (Premio Nacional de Periodismo 2005) consigue retratar -con muchas expresiones textuales de él- al ser humano que fue Granados Chapa como hidalguense, integrante de una familia, estudiante de dos licenciaturas a la vez, fallido como político y empresario, y exitoso como profesionista, aunque amenazado y demandado, y aflora también, más que el ego, la satisfacción que le produjeron muchas metas alcanzadas.
El personaje aceptó colaborar con la autora -“largamente… durante varias sesiones y por muchas horas”, refiere el prólogo escrito por Carmen Aristegui– tanto para hablar de su vida privada, al parecer por primera ocasión, como para dar su versión sobre momentos importantes del periodismo mexicano de los que fue protagonista durante décadas.
Y como resultado de ese trabajo, el lector conoce más de cerca a un abogado y periodista que muestra sus principios, su temperamento, ciertas inconsistencias, su valor para confrontarse con quien sea por discrepancias, su espíritu trashumante, y su capacidad de análisis y de trabajo.
Granados Chapa, lo mismo que su prologuista, son figuras que ganaron la antipatía de algunos intolerantes incluso dentro de su propio gremio, y hasta represalias a causa de las incomodidades y afectaciones debidas a su trabajo informativo.
Es conocida la historia de cuando a él lo golpearon miembros del MURO, un grupo fundamentalista dentro de la UNAM, por lo que reveló de ellos en una revista que dirigía Manuel Buendía, otra figura sobre la cual el tecleador ha escuchado acres críticas, pero también muchos elogios.
En Por la izquierda, Cherem recoge el producto de sus encuentros con Granados Chapa quien da su versión de cómo fue el golpe contra Excélsior en la época de Julio Scherer -otro tema y otro personaje que aún dividen opiniones de los periodistas veteranos- y de cómo se dio su fallida campaña como candidato al gobierno de Hidalgo, luego que el entonces dirigente panista Felipe Calderón incumpliera su compromiso de apoyarlo en alianza con el PRD.
Sobre este tópico, la política, platica sobe los candidatos presidenciales de derecha y de izquierda por quienes votó, y por qué; narra cómo Cuauhtémoc Cárdenas evitó una masacre cuando le robaron la Presidencia en 1988, y tiene elogios tanto para él como para Andrés Manuel López Obrador -una figura polémica más en esta historia-, a quien sin embargo responsabiliza “en gran medida” del fracaso del PRD por darles poder a ‘los Chuchos’.
El relato pasa por episodios como la fractura del PAN en los tiempos del socialcristianismo, cómo surgió la teología de la liberación, la salida del propio Granados de Radio Mil porque entrevistó a Cuauhtémoc Cárdenas durante el gobierno de Carlos Salinas, su relación con los presidentes, y las críticas que hizo a los libros de texto gratuitos -“son un desastre”- elaborados por el grupo Nexos como “un favor político muy grande” del entonces secretario de Educación, Ernesto Zedillo.
Hay un par de pequeñas erratas en el libro, cuando dice (página 148) “para evitar que no fueran a dar problemas” (sobra la palabra ‘no’) y “de esos hombre raros” (dedazo que provocó falta de concordancia).
Además de sus 201 páginas de texto, la obra contiene 32 de fotografías en las que aparece Granados Chapa con diversos personajes, desde que se inició en el periodismo a los 21 años, pasando por una con Salinas donde hay muchos rostros sonrientes, hasta cuando la enfermedad le hizo perder 22 kilos pero ni así dejó de trabajar. Fue un hombre de izquierda que con su trabajo quiso hacer el bien, es el mensaje.
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