Martínez Campos,. 19/IX/013
http://www.taringa.net/posts/videos/793741/El-Gran-Terremoto-de-Mexico-1985.html
GUIA
MOSAICO
Silviano Martínez Campos
LA PIEDAD, 19 de Septiembre.- DESDE HACE UNOS treinta minutos, pero en la memoria de la ciudad de México hará cosa de 28 años, la gran capital está en convulsión y con ella todo México. Hace unos cuatro días cumplidos esta mañanita del 19 de septiembre, buena parte de los territorios costeros y con ellos todo México, se encuentran en convulsión. En el primer caso, la sorpresiva tragedia del gran terremoto de este día, a las 7:19 de la mañana, (1985), secundado por otro más la noche del día siguiente.. En el primer caso, la Tierra se movió desde sus entrañas. En el segundo caso, el de estos días, la Tierra se movió desde sus alturas y regó agua pero a torrentes y las dos terceras partes de nuestro territorio quedaron afectadas, ríos y arroyos crecieron y derramaron con furia su caudal por pueblos, calles y carreteras, causando muertes (unas 80) y ruptura de puentes, resquebrejadura de carreteras y lo peor, destrucción en viviendas y colapso de hogares con por lo menos millón y medio de damnificados directos. EN AQUELLOS TIEMPOS, los aparatos gubernamentales aparentemente quedaron neutralizados por tres días, sin saber aparentemente sus funcionarios , qué hacer. EN ESTOS TIEMPOS, el Presidente de la República se retiró de una reunión con invitados días, el Presidente se retiró de una cena para invitados, el día 15, a fin de evaluar con sus colaboradores los primeros informes de la gran tragedia. EN AQUELLOS TIEMPOS, la aparente parálisis de sus autoridades fue suplida por un millón de ciudadanos que como generosas hormiguitas se desenvolvían por toda la gran urbe, incomunicada con el exterior, en busca de heridos, y enlazando la generosidad de los capitalinos en actos generosos de para dar de comer, abrigo y asistencia a los ciudadanos en desgracia, los sobrevivientes. A regañadientes se reconoció la cifra de unos diez mil muertos por los terremotos. Habria de especularse que fueron más, muchos más, miles más. EN ESTOS DIAS, la eficiencia de sus autoridades en todos sus niveles, fue complementada por la generosidad, siempre viva, expresada en víveres, medicinas y enseres de auxilio inmediato, por millones de generosos donadores. Comenzando por los siempre generosos capitalinos, “chilangos” de mala fama no siempre ganada, pero de un gran corazón siempre amoroso. Recuerdan que en la gran desgracia, conocerían luego el corazón desgarrado y solidario, del resto de México y de muchas, muchas partes del mundo. EN AQUELLOS TIEMPOS, tres, cuatro días de constante comunicación radial (y televisiva una vez repuesta la tecnología de momento averiada) en una red invisible que coordinaba afectos, generosas donaciones de millones de personas, e instituciones. Cierto, algunos desmanes, y abusos detectados, pero ante la gran tragedia más bien funcionó lo mejor de la condición humana. EN ESTOS DÍAS, los fabulosos instrumentos de la naciente sociedad cibernética, enlazan mentes, corazones, generosidades del noble pueblo mexicano que sus ocultos opresores (quiero decir los adoradore$ del dio$ de este mundo) no entienden mucho de tragedias y sufrimientos, pero sí de cajas fuertes y acumulación de tesoros monetarios. Gobiernos en sus tres niveles y ciudadanos de todos los estratos, dando ejemplo de que no somos sólo admiradores de la violencia bruta en grupos o instituciones públicas, sino congéneres que nos dolemos de la desgracia ajena y vemos en nobles imágenes, soldados y empleados, civiles voluntarios poniendo en sus brazos toda la energía posible para ayudar al desvalido y rehabilitar sus redes carreteras. No, no es cosa de idealizar, algo de rapiña, entonces como ahora, lo que no ahoga, ni puede hacerlo, la generosidad latente que nos salvará luego de contradecir a quienes nos consideran sociedad violenta. Y ENTONCES, COMO ahora líderes que dejan ver lo mejor de sí mismos, a pesar de su poder. Tal vez se instrumenten leyes para transformar nuestra cultura, de defensiva, a activa y previsora, ante la debacle climática universal. Empezamos a saber que amigos somos o debemos ser de la naturaleza, para que no se enoje. Porque al fin y al cabo, nosotros mismos somos la naturaleza. Y ENTONCES, TAL vez, luego de las lecciones de los desastres, aprenderemos a construir lejos de las playas, de las márgenes de los ríos o arroyos, de las laderas en los cerros y mirar feo, hasta el hecho de neutralizarlos con la ley, a quienes ponen primero su interés al del decantado bien común. Y así, por lo menos disminuirán un poco los sufrimientos causados por una naturaleza enojada, cuando la hermana agua y no sólo ella, deja de ser bondadosa, afectiva, para volverse airada, enojosa y destructiva. EN TANTO, NOS sentimos un poco satisfechos de nuestras acciones solidarias, y nos consolamos cuando el Papa nos bendice y ora por nosotros (la oración es también acción). Y que el líder sirio, aun cuando sea presionado, destruya como dice sus armas químicas, y lo hagan supervisados también por la ONU, quienes las posean, así pudiesen ser potencias que ven la paja en el ojo ajeno pero no ven la vigota (química o nuclear) que tienen en el ojo propio. (www.miregionmichoacana.wordpress.com; www.mitierramaravillosa;wordpress.com; www.losnuevostiempos.wordpress.com )
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